Fundación Chile es pionera en apostar por modelos de negocios innovadores y disruptivos.
A principios de los ’80, la industria del salmón no existía en Chile. En 1982, FCh creó Salmones Antártica, dando impulso a la industria y asesorando para que se instalaran otras empresas chilenas en esta nueva actividad. Con el tiempo, logró posicionar a Chile como productor líder a nivel mundial, tanto así que hoy es el segundo productor mundial de salmones, después de Noruega.
FCh introdujo la tecnología de cultivo intensivo de salmones, utilizando balsas-jaulas, método que estaba dando buenos resultados en Noruega, Escocia y otros países de Europa del Norte. Los resultados empresariales propios y la experiencia recogida en las asesorías aportaron un conjunto de antecedentes técnico-científicos y comerciales que impulsaron extraordinariamente la salmonicultura en Chile. El resultado obtenido por Fundación Chile atrajo la atención internacional, lo cual llevó a que se organizaran seminarios y encuentros de alto nivel, instancias donde se difundieron las últimas tecnologías y se abrieron oportunidades de mercado para los salmonicultores chilenos. Salmones Antártica fue comprada por inversionistas japoneses en 1988, dando paso al sector privado como fuerza impulsora de la industria.
El salmón creó una nueva industria que se convirtió en uno de los principales motores de la economía chilena. Las exportaciones de salmón en 2013 alcanzaron los USD 3.538 millones, consolidándose como la tercera industria exportadora de Chile, detrás del cobre y la celulosa. Ese mismo año la industria del salmón exportó casi el doble de lo que exportó la industria del vino, casi lo mismo que lo hizo la fruta fresca y más de tres veces lo que Argentina exportó en carne de bovino.