Entre los años 2005 y 2007, Fundación Chile, junto al Programa País Eficiencia Energética, SEC y Sernac, diseñó e implementó un proyecto de certificación y etiquetado energético para aparatos de uso cotidiano las cuales entregan antecedentes que permiten al consumidor saber qué producto es más eficiente; además de datos interesantes como la vida útil en el caso de lámparas; y el consumo mensual del producto en refrigeradores. El etiquetado de eficiencia energética es una las herramientas más efectivas para la promoción del consumo energético responsable entre los ciudadanos.
La Fundación fue pionera en la certificación de eficiencia energética, desarrolló un rol articulador público-privado y puso a disposición su amplia red de alianzas internacionales con vasta experiencia en estas materias, temas que son claves para que el sistema tenga solidez técnica, credibilidad y transparencia para los consumidores.
El programa de etiquetado actualmente está a cargo de la División de Eficiencia de Energética del Ministerio de Energía, formando parte del plan de acción del sector comercial, público y residencial. Las etiquetas de eficiencia energética en Chile hoy son obligatorias para algunos aparatos domésticos electrónicos, como refrigeradores, congeladores, microondas, televisores y decodificadores de señales digitales, y para las fuentes de luz artificial doméstica, como ampolletas fluorescentes e incandescentes. La importancia que implicó este etiquetado para mejorar el consumo eléctrico residencial dio paso a que certificaran nuevos aparatos domésticos, y actualmente se está llegando a etiquetar hasta automóviles.